El día miércoles 19 de noviembre, emprendimos una aventura hacia el pasado, mi profesora Adriana de Miguel encargada de la materia EDI y mis compañeras de 2º año del profesorado de Lengua del Instituto Paulo Freire.
El punto de encuentro fue en Bernal de allí sacamos el pasaje en la estación con destino a Florencio Varela. Según la información que teníamos debíamos tomar el circuito La Plata y no el de Temperley.
Bueno, al llegar a Villa Elisa nos percatamos (gracias a un mapa de los ramales) que habíamos tomado el circuito equivocado. Mis compañeras y yo, casi entramos en pánico pero, por suerte, podíamos revertir nuestra situación. Nos bajamos en la estación de Villa Elisa, esta parada nos permitió tomar algunas fotos y preguntar acerca del recorrido correcto. A todo esto eran las 15:00 hs. En la estación nos informaron que debíamos tomar el circuito Bosques-Quilmes y bajar en Berazategui y una vez allí bajar en la estación de Varela.
Una vez llegadas a la estación de Berazategui, nos tomamos fotos para nuestro blog y la profesora consiguió después de varios intentos comunicarse con el director del Parque, les dio algunas indicaciones y una de ellas fue bajarnos en Zeballos, una estación antes de Florencio Varela.
Tomamos el circuito correcto bajamos en Zeballos y luego nos comunicamos con una remisería para poder llegar sin más obstáculos al Parque. Al encontrar la remisería nos llevo al lugar que le indicamos hicimos todos los intentos posibles para poder entrar 4 en la parte trasera del auto y la profesora delante. Tuvimos tantos problemas de comunicación hasta con el remisero quien se suponía sabía donde quedaba el Parque.
Nos quedamos tranquilas al saber que ya estábamos en el remis y contar con este buen hombre que nos llevaría a destino .El problema, era que el remisero parecía ser de otro país, ya que también desconocía el lugar exacto. Llegamos a una casa quinta, que pensamos que era el Parque pero resulto ser una casa familiar.
Nuevamente el remisero nos condujo, ahora sí, al lugar correcto. Al llegar a destino nos encontramos con una hermosa casa quinta rodeada de una entrada con abundantes árboles.
Juana, nuestra compañera, había decidido ir por sus propios medios ya que vive más cerca de esa zona. Juana nos estaba esperando desde las 12 del mediodía y nosotras llegamos a las 16.30 aproximadamente.
Al llegar nos recibió amablemente Pamela, la guía de nuestra visita y Rubén, el director del Parque. Preparamos nuestras cosas y nos hicieron pasar a una especie de salón de invierno o salón cerrado en la que se encontraban chicos dibujando, junto con un docente de artes plásticas.
Allí comenzó nuestro recorrido por el Parque. Pudimos disfrutar de una interesante charla dada por Pamela que además de ser licenciada en Cs. de la Educación también hizo una tecnicatura en medio ambiente lo que nos proporcionó ayuda extra para entender algunos cambios de la naturaleza del lugar.
Luego de recorrer el lugar y disfrutar de la tarde, nos dirigimos a sentarnos en unos bancos con la compañía de Rubén. Allí se originó una reunión muy amena junto con los mates que nos ofreció Pamela.
Rubén nos contó acerca de Hudson y otros condimentos de su vida que generalmente no aparece ni en una enciclopedia virtual ni en ninguna biografía. Nos comentó acerca de las amistades de Hudson, su relación con su hermano en Córdoba y su relación amorosa con la mujer que la acompañó hasta el día de su muerte. También nos informó acerca de las actividades y nos repartieron folletos con las actividades culturales que propone el museo.
Nosotros le comentamos a ellos, el objetivo de nuestra materia: el EDI. La misma consta en tener como producto un proyecto grupal en común, en este caso informarnos sobre literatura de viajes e informarnos, sobre este escritor argentino de habla inglesa que dedicó parte de su obra a describir el paisaje de la Patagonia y La Pampa.
Llegada las 18.30 hs aproximadamente, comenzó a caer la tarde y decidimos retirarnos del Parque. Muy amablemente Rubén y Pamela se ofrecieron a llevarnos a distintos destinos para hacer más corto el viaje de vuelta hacia nuestras casas.
Nos dividimos en dos grupos. Rubén llevo en su camioneta a Carina y Juana, mientras que Pamela nos acercó hasta la estación de Berazategui a Florencia, Fátima, la profesora Adriana y yo. De allí tomamos el tren hasta la estación de Quilmes, ahí nos bajamos Fátima y yo. Florencia y Adriana siguieron hasta Bernal.
Podría agregar que fue toda una experiencia con sus ventajas y pormenores, debido a nuestra falta de orientación. En cuanto a lo aprendido, la reunión y estar al tanto de ciertas perlas de la interesante vida de este autor, valió la pena emprender este tipo de viaje hacia el pasado y ser parte del paisaje que una vez Hudson observó y recordó con nostalgia desde Inglaterra.